CARTERA DE OPORTUNIDADES DE INVERSIÓN EXTRANJERA EN CUBA 2016-2017. RESUMEN, ANÁLISIS Y COMENTARIOS
José María Viñals Camallonga
Abogado. Socio y Director de Operaciones Internacionales
Renato A. Landeira
Abogado. Asociado sénior
LUPICINIO INTERNATIONAL LAW FIRM
Madrid, 1 de diciembre del 2016.- Con motivo de la reciente Feria Internacional de La Habana (FIHAV), el Ministerio de Comercio Exterior e Inversión Extranjera de Cuba (MINCEX), ha publicado la última edición de la Cartera de Oportunidades de Inversión Extranjera, documento en el que se plasman los diferentes sectores priorizados por el Estado cubano para los inversores de más allá de sus fronteras. Así, el MINCEX considera como “un elemento activo y fundamental para el crecimiento del país” la inversión extranjera en determinadas actividades económicas que ahora se recogen en el documento, sin que por ello deba entenderse que cualquier otro sector no recogido en la Cartera vaya a ser descartado a priori para la inversión extranjera[1].
Con carácter genera, el documento prioriza el interés del Gobierno cubano por la producción en su territorio y no la neta importación de productos y servicios. El objetivo es, por tanto, el de anticipar de manera inmediata la inversión extranjera dirigida a sustituir importaciones y enfocarla hacia sectores de exportación estratégico, destinarlas a zonas de menor desarrollo económico y que contribuyan a elevar la eficiencia de la cadena productiva cubana.
Así, al cierre del 2015, el Ministerio de Turismo de Cuba autorizó 101 proyectos de inversión extranjera, seguido de los veinticinco del Ministerio de Energía y Minas, diecinueve del Ministerio de las Industrias, y quince del Grupo de Administración Empresarial-Cuba Import-Export (GAE-CIMEX). Le siguen los diez proyectos aprobados ante el Ministerio de Alimentación y de Transportes, y los nueve ante el Ministerio de la Construcción, y otros de menor número de restantes instituciones cubanas.
Las modalidades de inversión extranjera han experimentado un pequeño, pero a la vez significativo cambio, creciendo el número de contratos de asociación económica internacional (AEI)[2], pasando del 45 % de las inversiones extranjeras en 2014 al 47 % del 2015. La empresa mixta[3] pasa de un 50 % a un 48 %, mientras que las empresas de capital totalmente extranjero[4] continúan siendo muy minoritarias, pasando de un 5 % en 2014 a un 4 % durante el pasado ejercicio. La limitada presencia de este último modelo, dirigido a personas naturales actuando por si mismas, filiales cubanas de entidades extranjeras y sucursales de estas últimas, ha instado a las instituciones a priorizar este modelo esencialmente en proyectos de desarrollo de infraestructura industrial en el sector energético a través de contratos especiales llave en mano[5] de ingeniería, procura y construcción (IPC), ingeniería, procura y dirección de construcción (IPCM), construcción, propiedad, operación y transferencia (BOOT) y construcción, transferencia y operación (BTO).
Así, la Cartera 2016 recoge 71 inversiones a través de empresa mixta -42,5 %; 63 a través de contratos de AEI -37,7 %-; 16 por medio de contratos de administración productiva y de contrato de administración de servicios con financiamiento -9,5 %- cada uno; y siete a través de empresas de capital totalmente extranjero -5,3 %-.
Se han incrementado las oportunidades de inversión extranjera desde las 128 de la Cartera 2015 a los 167 de esta nueva edición. Por sectores, se ha pasado de los 20 a los 24 proyectos en la Zona Especial de Desarrollo de Mariel; de 22 a 53 en el sector agrícola, forestal y alimentario; y 53 nuevos proyectos en el sector azucarero –ninguno de ellos recogido en la anterior Cartera-. De doce se han pasado a ocho proyectos en el sector industrias; y en el sector turístico, de catorce a quince. El sector energético mantiene el mismo número de proyectos, diez, al igual que en el sector salud y audiovisual, con tres cada uno, y comercio, con cuatro, si bien no son los mismos que refleja la Cartera 2015. En el sector de la minería se pasa de quince a doce proyectos, al igual que en el sector transporte, que pasa de diez proyectos a seis. En industria farmacéutica y biológica se pasa de uno a dos proyectos y en el sector construcción, de catorce a nueve. El sector hidráulico recoge cinco nuevos proyectos frente a la anterior Cartera, que no reflejaba ninguno en este significativo sector.
Ya en esta nueva edición de la Cartera, se incluyen tres nuevos sectores que hasta la fecha no se ofertaban a la inversión extranjera: telecomunicaciones, tecnologías de la información y comunicación y servicios postales; bancario y financiero; e hidráulico. Si bien no aparecen identificados proyectos singulares en los dos primeros, la nueva Cartera sí recoge, como se avanzó, cinco oportunidades en medición de agua potable, producción de plásticos, modernización de talleres del sistema de recursos hidráulicos, y administración en la producción de tuberías.
Continúan los dos sectores novedosos en la pasada Cartera 2015, como son el comercio mayorista –con cuatro proyectos de comercialización de artículos de ferretería, logística de alimentos refrigerados, comercialización de tejidos e importación de piezas de repuesto de vehículos-, y el sector sanitario. Este último con tres proyectos, los mismos reflejados en la Cartera 2015, como son la creación de un servicio de hemodiálisis en vacaciones, la construcción de un centro de calidad de vida, y de una clínica internacional de medicina del deporte, control y educación antidopaje.
- Oportunidades en la ZED de Mariel
La Zona Especial de Desarrollo[6] (ZED) de Mariel[7], situado a unos treinta kilómetros al oeste de La Habana, contempla veinticuatro proyectos inversionistas, de los cuales veintiuno –frente a los doce de la Cartera 2015-, lo son bajo modalidad de empresa mixta, y tres bajo la modalidad de empresa de capital totalmente extranjero.
Los proyectos abarcan, entre otros, la producción y comercialización de grifería –inversión estimada en 15 millones de dólares-, de equipos de climatización -15 millones-, producción de autos ligeros, vajillas y envases de vidrio -10 y 70 millones, respectivamente-, calzado industrial -23 millones- y de producción y comercialización de material desechable médico. También incluye la producción de mármoles -5 millones- y una fábrica de aceite refinado de soja -149 millones-. En relación al sector médico, se abren a la inversión extranjera trece proyectos de producción de medicamentos –péptidos, anticonceptivos, antirretrovirales, cefalosporinas, cabapenemos, entre otros-, y un centro operador logístico biofarmacéutico -60 millones de inversión estimada-. Por último, la ZED de Mariel contempla la oportunidad de construir un espacio de venta mayorista de productos alimenticios e industriales sin precisar el monto aproximado de su inversión.
- Agroalimentario
La agricultura constituye un factor dinamizante de la economía cubana de primer orden en el que participa el 13,2 % de la población laboral activa del país. Con este objetivo, el Estado requiere del desarrollo del ciclo completo de producción mediante inversión extranjera en 53 proyectos priorizados en la Cartera 2016. Se trata del sector que más oportunidades a la inversión extranjera contempla; de ellos, veinte a través de contrato de AEI, dieciocho empresas mixtas y quince mediante contrato de administración productiva[8].
Actualmente, el país cuenta con 6,2 millones de hectáreas de tierras agrícolas, de las cuales 2,7 millones se encuentran cultivadas. El objetivo de las instituciones cubanas es expandir la frontera productiva actual a través de la recuperación de sistemas y de nuevas inversiones. El inversor extranjero se encuentra así ante un potencial de mercado interno próximo a los 2.000 millones de dólares anuales, y la oportunidad de exportar desde Cuba, fundamentalmente a mercados del Caribe. Por otra parte, las particularidades de la legislación cubana sobre el suelo impiden que la tierra se transfiera en propiedad, por lo que la parte cubana con la que se asocie la entidad extranjera será, en principio, quien aporte el derecho real de usufructo sobre el suelo[9].
La política sectorial agroalimentaria hacia la inversión extranjera se dirige a la producción de frutas –tres proyectos de producción de cítricos y frutales en inversión estimada de 54,5, 7,3 y 6,9 millones de dólares, respectivamente-; plátanos -2,3 millones-; hortalizas –seis proyectos de entre 4 y 15 millones de inversión-; arroz -37 millones-; grano y cereales; cacao -9,2 millones-; café -5 millones-; ganado porcino –cinco proyectos por 58,3 millones-; leche de búfala, vaca y cabra -13,9, 1,9 y 7,5 millones, respectivamente-; aves –diez proyectos de producción de carne de pollo y comercialización con un monto de inversión aproximada de 33,5 millones de dólares-; carne de avestruz y pato -4 millones cada uno-; maní -70,5 millones-, resina de pino -4,4 millones-; flores -1,3 millones-; carbón –dos proyectos por 1,7 y 4,7 millones, respectivamente-; distribución de carnes -27 millones-; producción de grano –dos proyectos por 7 y 3,8 millones, respectivamente; huevos de codorniz -7 millones-; harina de yuca -2,5 millones-; camaronicultura, acuicultura y maricultivo -10,1, 17,3 y 1,7 millones-; cereales -15,3 millones-. Por último, también se impulsa la inversión en refrigeración y calderas -3,5 millones-; y producción de distribución de ron –dos proyectos por 27 y 44 millones de dólares-.
La Cartera 2016 también recoge las fórmulas de participación extranjera de las cooperativas de producción agropecuaria. El 30 % del suelo cubano está gestionado por entidades estatales, frente al 70 % gestionado por formas no estatales, esencialmente diferentes formas de cooperativismo que contemplan las normas cubanas. Sobre este particular, la nueva Cartera recoge un apartado sobre las modalidades de inversión extranjera con participación de cooperativas de producción agropecuaria[10]. Así, estas podrán hacerlo, con aportaciones dinerarias, bajo dos modalidades: en forma de participación indirecta a través de relaciones contractuales entre las cooperativas agropecuarias y las diversas modalidades de inversión extranjera; o bien a través de relaciones contractuales entre las cooperativas y las entidades estatales, y estas últimas con las modalidades de inversión extranjera. En relación a la participación directa, las cooperativas pueden formar parte de una AEI, conformándose en sociedad mercantil de capital cien por cien cubano, que sería quien finalmente acordase con el inversor extranjero un contrato de AEI o bien constituir una empresa mixta con este; o por el contrario, creando una sociedad de capital cien por cien cubano con una empresa estatal igualmente cubana y que sea esta nueva sociedad quien finalmente constituya con el inversor extranjero la empresa mixta o contrato de AEI definitivo.
III. Azucarero
A diferencia de la Cartera de la edición pasada, la nueva edición introduce trece proyectos, diez de ellos bajo la modalidad de empresa mixta, dos contratos de AEI y un contrato de administración productiva. El sector azucarero cubano está bajo la gestión de la sociedad anónima Zerus, perteneciente al grupo azucarero Azcuba, que cuenta con 56 centrales azucareras y un centenar de unidades de producción de azúcar, electricidad, alcohol, ron, levaduras, alimento animal, sorbitol y dióxido de carbono, entre otros. Cuba cuenta con una importante tradición en la producción de azúcares, con una superficie de explotación de 676.000 hectáreas y 170.000 trabajadores públicos y privados. El Gobierno cubano priorizará aquellas inversiones extranjeras en este sector que vayan acompañadas de la construcción de centrales de bioeléctricas.
En concreto, se oferta la administración de central con bioeléctrica -con un monto de inversión aproximado de entre 80 y 100 millones de dólares-; sustituir importaciones derivados del bagazo de la caña de azúcar; plantas de producción de fitomás y resinas furánicas -15 y 10 millones de inversión estimada-; una destilería de alcohol con capacidad para 200.000 litros/día -20 millones-; y la ampliación y modernización de diversas destilerías y roneras –entre 5 y 10 millones de dólares de inversión estimada-.
- Industrias
Dentro del sector industrial –que incluye la sideromecánica, industria ligera, química y electrónica-, las instituciones cubanas priorizan ocho inversiones. Siete de ellas a través de empresa mixta y una mediante contrato de AEI en la producción de envases y embalajes, reciclaje de materias primas, y en la fabricación de electrodomésticos, equipos químicos, médicos, textiles y productos de higiene, perfumería y cosmética.
La nueva Cartera ofrece oportunidades en la producción, comercialización y reparación de lámparas -4,5 millones de dólares de inversión estimada-; la producción de implementos deportivos -10,4 millones-; la producción y comercialización de papel gaceta y tissue -81,3 y 69,1 millones-; de baterías de automóviles -13,8 millones; de envases de hojalata -10 millones-; de moldes para inyección de resinas plásticas -10 millones-; y de conductores eléctricos -55,3 millones-.
- Turismo
La industria turística e inmobiliaria es el principal sector receptor de inversión extranjera en la Isla. En el año 2015 se alcanzó la cifra de 3,5 millones de visitantes, con un gasto medio por turista de 98,9 CUCs/día. Cuba cuenta en la actualidad con una planta hotelera de 65.000 habitaciones, siendo el turismo canadiense, seguido del inglés y el alemán, el principal mercado emisor de turistas que visitan el país.
Así, Cuba precisa de participación de inversión extranjera destinada a promover actividades hoteleras a través de nuevas construcciones y reconstrucciones, promover desarrollos inmobiliarios vinculados al turismo, la gestión de marinas –exclusivamente de titularidad cubana que solo puede aprobarse mediante contratos de administración de servicios-, y la construcción de parques temáticos. Resulta importante destacar que la inversión extranjera en La Habana y Varadero será “excepcional”, estando ya comprometidas las inversiones en la Habana Vieja y los cayos del norte de la Isla.
Las instituciones cubanas tratan así de impulsar nuevos territorios con gran potencial turístico, como Guardalavaca, Cienfuegos, Trinidad, Playa de Santa Lucía (Camagüey) y el polo turístico de Covarrubias. Los principales operadores turísticos cubanos son: Gran Caribe, Cubanacan, Grupo de Turismo Gaviota, CubaGolf, Islazul, Marlin y Cubasol, cada uno de ellos especializado en uno o diferentes sectores dentro de la industria turística, y todo ellos bajo la supervisión del Ministerio de Turismo del Gobierno de Cuba.
Se contemplan quince proyectos, de ellos nueve mediante contrato de administración de servicios con financiamiento, cinco mediante la modalidad de empresa mixta, y uno, que a su vez engloba a numerosos proyectos que se detallarán, mediante contrato de administración hotelera. Así, se prioriza la construcción de hoteles y villas turísticas en parcelas en los polos de Cienfuegos, Covarrubias, Guardalavaca y La Habana, con montos de inversión aproximada desde los 23 hasta los 250 millones de dólares.
Sobre este particular, conviene insisitir, como se ha avanzado, que los terrenos para construir estos complejos inmobiliarios se transmiten en derecho de superficie a las empresas cubanas para su aporte al capital de la empresa mixta. Esto permite que la empresa mixta ostente el derecho a construir y a adquirir la propiedad de lo construido, la cual disfrutará mientras dure el derecho otorgado sobre el terreno. Al vencimiento de este derecho, la propiedad del complejo inmobiliario se revierte al propietario del terreno –Estado-. Conforme al Código Civil cubano, el derecho de superficie puede concederse por un término de hasta 99 años, y si se otorga por un período inferior puede ser prorrogado hasta dicho término. También puede concederse el derecho de superficie perpetuo para la construcción de viviendas o apartamentos dedicados al turismo. El derecho de superficie -derecho a construir- se extingue si no se ejerce dentro de los dos años siguientes a su concesión, salvo que en la Ley se establezca un término distinto. La propiedad de la empresa mixta sobre el inmueble construido -complejo inmobiliario-, goza de plena protección conforme a la Ley de la Inversión Extranjera (LIE) y a la Constitución de la República de Cuba, y los compradores de los inmuebles ubicados en estos desarrollos inmobiliarios que los adquieren a título de propiedad pueden obtener el estatus migratorio especial de ‘residente inmobiliario’.
Se ofertan además ochenta instalaciones en toda la isla susceptibles de contratación mediante modalidad de administración hotelera[11], de los cuales veintiocho están ubicados en la ciudad de La Habana. Entre ellos, algunos singulares como el hotel New York –en Habana Vieja, con 56 habitaciones-; el Villa Trópico, en Jibacoa, con 154 habitaciones; el Comodoro, en Miramar, con 467 habitaciones; el Boutique Chateau Miramar, con 50 habitaciones; o el Monte Barreto, en Miramar, con 400 habitaciones.
También se ofertan cinco contratos de administración de las marinas de Guardalavaca -5 millones de dólares-; Cayo Guillermo -5 millones-; Isla de la Juventud -6 millones-; Trinidad -10 millones-; y Santiago de Cuba -20 millones-. Se abre también a la inversión extranjera el establecimiento de un club ecuestre -2,5 millones de dólares de inversión estimada-; así como la creación de un centro de pesca y buceo -5,8 millones-; una red de parques turísticos en áreas naturales -4 millones-; y una red de alojamientos para el turismo de naturaleza -10 millones de dólares-.
- Petróleo y gas
Cuba cuenta con reservas geológicas en el orden de los 6.000 millones de barriles de petróleo y prácticamente todo el territorio cubano –unos 100.000 km2-, es susceptible de exploración petrolera, además de los yacimientos ya localizados en aguas someras y profundas. Actualmente existe en Cuba una explotación continua de gas y petróleo de unos cuatro millones de toneladas anuales, de los que tres son petroleras -19 millones de barriles-, y uno gasístico, con 100 millones de metros cúbicos de gas natural al año.
La nueva Cartera propone tres proyectos de exploración petrolera a riesgo y producción compartida, de los cuales dos serían en aguas someras y en la Zona Económica Exclusiva del Golfo de México, y uno en bloques terrestres, sumando un total de 85 bloques. Por último, el MINCEX propone al inversor extranjero la creación de capacidades de movimiento y almacenamiento de combustibles, mezcla, carga y descarga de buques, y la recuperación secundaria en yacimientos en explotación que con métodos convencionales no es posible extraer. Todos ellos se formalizarían a través de contratos de AEI en su variante de contratos de exploración a riesgo y producción compartida, y de recuperación secundaria, en su caso. En todos estos casos, la parte cubana será Unión Cuba-Petróleo (CUPET)[12].
VII. Energías renovables
El Estado cubano reconoce como una de sus principales prioridades el empleo de fuentes renovables de energía (FREs) para lograr la disminución de la ineficiencia del sistema eléctrico, reducir la dependencia de combustibles fósiles, contribuir a la sustentación medioambiental y disminuir el alto coste estatal que supone la entrega de energía a los consumidores finales.
Actualmente, tan solo el 4,3 % de la energía eléctrica que se consume en el país proviene de FREs, frente al 74 % que se produce con combustible fósil. La apuesta cubana en las FREs se concentra en la biomasa, eólica, fotovoltaica, hidroenergía y biogás.
Así, se proponen cinco proyectos: la construcción de parques solares fotovoltaicos en la zona occidental, con capacidad de generar hasta 100 megavatios de electricidad mediante contrato de construcción, operación y posesión (BOO) –con un monto aproximado de dos dólares el kilovatio-; dieciséis proyectos de construcción de bioeléctricas de zafra de entre 30 y 50 megavatios -90 millones-; y tres parques eólicos de 40, 35 y 50 megavatios en Manatí, Jagüeyes y Río Seco, bajo la modalidad de empresas de capital totalmente extranjero.
VIII. Minería
El territorio nacional de Cuba está constituida por un mosaico de estructuras geológicas en los que se encuentran principalmente hierro, níquel, cobre, cobalto, plomo, zinc, oro, plata, manganeso y cromo. La minería, junto a la energía, supuso durante el año 2014 el segundo sector con mayor inversión extranjera en Cuba.
En esta ocasión se han publicado doce nuevas oportunidades en el sector, todas ellas mediante la modalidad de contrato de administración económica internacional, que abarcan la prospección y explotación a riesgo de metales preciosos –oro y plata-, metales base –cobre, plomo y zinc-, y otros metales en las regiones de Cuba Central, Holguín, Sierra del Plurial, Sierra Maestra e Isla de la Juventud. Todas ellas sin inversión económica estimada y cuyos montos serán definidos en función de cada proyecto específico.
También se abre a la inversión extranjera el estudio de factibilidad sobre el aprovechamiento económico de colas negras[13] -9 millones- y rojas -4,4 millones- en Holguín; y de procesamiento de material laterítico de níquel y cobalto en Pinar del Río, Camagüey y Holguín.
- Transporte
La inversión extranjera en transporte supone uno de los retos más ambiciosos de la economía cubana presente y futura. Sector que ha jugado un rol protagonista durante toda la historia contemporánea del país. Las infraestructuras cubanas en transporte –automoción, ferroviario, marítimo-portuario y aéreo- se encuentran en pleno proceso de reestructuración, ordenación y modernización tecnológica. Cuba cuenta en la actualidad con 25 aeropuertos –de los cuales, diez son internacionales-, trece puertos marítimos, 60.000 kilómetros de vías para transporte de automoción, 8.000 de vías ferroviarias y 40 astilleros y varaderos, que requieren todo ellos de una importante modernización.
Por todo ello, se contempla para el inversor extranjero seis proyectos bajo la modalidad de AEI en materia de transporte que abordan servicios de operación y administración de instalaciones portuarias en Cienfuegos, Santiago de Cuba, Sancti Spiritus y Holguín -15, 12, 7 y 10 millones de dólares de inversión, respectivamente-; la administración del astillero Casa Blanca -57 millones- y de dos astilleros para embarcaciones de recreo en Santiago de Cuba y Cienfuegos -1,5 millones cada uno-. Por último, se ofrece la modernización de equipamiento motor y de sistemas de inyección de combustible por 10,3 y 2,8 millones de dólares, respectivamente.
- Farmacéutica y biotecnológica
BioCubaFarma, grupo de empresas biotecnológicas y farmacéutica, cuenta con más de 21.800 trabajadores, más de 1.800 patentes inscritas en el exterior y exporta sus productos a más de 49 países. La política sectorial cubana en este sector pasa por promover proyectos en Cuba con socios estratégicos para la producción de las formas terminadas e ingredientes farmacéuticos activos de medicamentos genéricos.
En esta ocasión se propone dos proyectos: la creación de una planta para la fabricación y comercialización de la vacuna contra la peste porcina clásica -20 millones de dólares-; y la mejora de la infraestructura industrial en la producción de ingredientes farmacéuticos en la vacuna de la hepatitis B -7 millones de dólares-.
- Salud
La apertura a la inversión extranjera en sistema de salud supuso una de las novedades que ofreció la pasada Cartera 2015 al inversor internacional en asociación con Comercializadora de Servicios Médicos Cubanos, S.A. (CSMC). En concreto, se oferta la creación de dos centros para servicio de hemodiálisis dirigido a pacientes con insuficiencia renal crónica y que estén de vacaciones en la Isla, por un importe de 1,5 millones de dólares cada uno; la creación de un centro de “calidad de vida” -30 millones-; y una clínica internacional de medicina del deporte con el objetivo de brindar servicios médicos a deportistas extranjeros -18,3 millones de dólares de inversión estimada-.
XII. Construcción
El sector cubano de la construcción incluye la investigación ingeniero-geológica, diseño y montaje, construcción de obras civiles, industriales, de ingeniería, atraques y dragados, así como la producción y comercialización de materiales y productos de la construcción. En esta edición se han priorizado nueve oportunidades para el inversor extranjero, siete de ellas mediante la modalidad de AEI y dos mediante empresa mixta.
Se propone la producción de paneles ligeros a partir de fibrocemento para muros -18 millones de dólares- y la modernización de sistemas de ingeniería para construcción y montaje -15,5-. Igualmente se proyecta la construcción de un complejo turístico inmobiliario de golf –Bellomonte-, con una inversión económica por definir.
Se proyecta también el montaje de una planta de producción de carpintería de marcos, puertas y ventanas de madera -6,5 millones de dólares-; la producción de elementos de yeso -30 millones-; un servicio de transporte e izaje de grandes pesos -19,9 millones-; servicios de reparación de equipos -12,5 millones-; y la modernización de una planta de hormigón celular -7,6 millones-.
XIII. Comercio mayorista
Junto al sector salud, la oferta de oportunidades de inversión extranjera en comercio mayorista supuso la otra gran novedad de la Cartera de Oportunidades del pasado 2015. El objetivo de las instituciones cubanas es desarrollar el comercio mayorista a través de la captación de recursos financieros, management, know-how, tecnología y técnicas de mercadotecnia.
Por el momento, la inversión extranjera en Cuba se destinará al comercio mayorista, y “excepcionalmente”, al comercio minorista siempre con participación mayoritaria cubana. Se han propuesto en la nueva Cartera cuatro proyectos concretos: la comercialización de artículos de ferretería y materiales de construcción -11,8 millones de dólares-; un operador logístico para la gestión de cadenas de suministro de alimentos refrigerados –tres proyectos por 10 millones-; la comercialización mayorista de tejidos, mercería y confecciones textiles -5,2 millones- y la importación y comercialización mayorista de piezas de repuesto de vehículos automotores -17,1 millones-. Todas ellas se realizarían mediante la formalización de empresas mixtas.
XIV. Audiovisual
El sector audiovisual cubano aspira a fomentar el tránsito tecnológico de la televisión analógica a la digital. Actualmente existen cinco canales nacionales de televisión pública y en abierto, así como el canal internacional Cubavisión. También se fomentará el incremento de producciones audiovisuales cubanas y servicios exportables de producción.
La empresa RTV Comercial sería parte en empresa mixta para la construcción y montaje tecnológico de un foro de producción y coproducción audiovisual de alta definición en Managua –inversión estimada de 35 millones de dólares-; el establecimiento de un sistema de canales de pago para la televisión nacional cubana -6 millones-; e igualmente se propone al inversor extranjero la producción y comercialización de soluciones tecnológicas audiovisuales destinada al sistema educativo interno y la exportación -8,8 millones-.
- Hidráulico
La apertura a la inversión extranjera en este sector supone una de las novedades de la nueva Cartera. El ciclo integral del agua en Cuba está gestionado por el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH) y cuenta con 34.000 trabajadores en el país. Actualmente, la Asamblea Nacional del Poder Popular debate el proyecto de ley del agua y su reglamento.
La Cartera 2016 ofrece cinco proyectos hidráulicos bajo la modalidad de AEI. En concreto, la producción de grupos de medición de agua potable -5 millones de dólares de inversión estimada-; la producción de piezas plásticas -2 millones-; la administración de la producción de tuberías lisas o corrugadas -10 millones-; y la reparación de los talleres nacionales de reparación de máquinas de soldar y equipos de bombeo, con una inversión estimada de un millón de dólares cada uno.
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[1] En este sentido, la Cámara de Comercio de la República de Cuba (CCRC) reconoce que mientras la Cartera no refleje todas las necesidades conforme a las políticas aprobadas por sectores, podrán ser evaluados proyectos propuestos por inversionistas extranjeros no incluidos en la misma.
[2] La Ley Nº 118 de la Inversión Extranjera, de 29 de marzo del 2014 (LIE) lo define como el ‘acuerdo entre uno o más inversionistas nacionales y uno o más inversionistas extranjeros para realizar actos propios de una asociación económica internacional sin constituir persona jurídica distinta a las partes’.
[3] La LIE la define como ‘aquella compañía mercantil cubana que adopta la forma de sociedad anónima por acciones nominativas en la que participan como accionistas uno o más inversionistas nacionales y uno o más inversionistas extranjeros’.
[4] La LIE la define como la ‘entidad mercantil con capital extranjero sin la concurrencia de ningún inversionista nacional o persona natural con capital extranjero’.
[5] El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) define a este tipo de contratos como al ‘mecanismo de contratación de obras que consiste en licitar tanto el diseño como la construcción de una obra simultáneamente en