Tres años y medio después del referéndum del 23 de junio de 2016, el Reino Unido ha abandonado definitivamente la Unión Europea tras firmar un acuerdo de retirada. A partir de ahora, ambas partes deben negociar los términos de su futura relación bilateral como consecuencia de su salida del mercado único europeo, los cuales no están detallados en el acuerdo. Mientras tanto, el Reino Unido continuará ligado a las estructuras comunitarias y a las normas de la Unión Europea hasta el 31 de diciembre. Desde el día 1 de febrero, el Reino Unido dejó de considerarse un país miembro de la UE. Esto ha creado un contexto de máxima expectación en diversos ámbitos de la economía, amenazando también al mercado inmobiliario español con los efectos económicos derivados del Brexit.
Los británicos conforman en nuestro país el colectivo extranjero de mayor importancia en el mercado inmobiliario, por delante de los belgas, alemanes y franceses. Como consecuencia del Brexit, se producirá una caída del interés británico en la compra de viviendas en nuestro país, conformada principalmente por dos diferentes factores: la contención del gasto que genera cualquier época de cambios políticos y sociales, y la posible devaluación de la libra esterlina. Aun así, la posibilidad de un Brexit menos duro puede conllevar ligeros avances para el sector inmobiliario entre el Reino Unido y la UE.
En este sentido, los británicos se verán obligados a retrasar la decisión de compra con el fin de conocer los efectos económicos de la salida de la Unión Europea, y esto ocurrirá especialmente con aquellos que desean adquirir en nuestro país una segunda residencia.
Quizás consecuencia de todo lo anterior, y de acuerdo con los datos obtenidos por la OCDE en el año 2019, unas 85.000 personas británicas solicitaron pasaporte y residencia en algún país comunitario.
España, en este sentido, es uno de los destinos principales debido a su clima. El Ministerio de Interior reveló que a finales de 2019 existían unos 365.000 británicos residentes en nuestro país, lo que conforma un incremento del 10% frente al año 2018.
A día de hoy, las localidades más atractivas para la compra de viviendas por ciudadanos del Reino Unido son Madrid y Barcelona, seguidas de la Costa del Sol. Después del Brexit, la demanda en estas zonas ha bajado considerablemente, pero se confía en que, en el caso de que las negociaciones actuales deriven en un Brexit menos duro, vuelva a crecer en el próximo año, cuando finalicen las negociaciones acerca del nuevo pacto comercial bilateral que regule las relaciones comerciales entre la UE y el Reino Unido.
Un caso particular de los efectos del Brexit en nuestro mercado inmobiliario es el de La Línea de la Concepción y la comarca del Campo de Gibraltar, donde se ha registrado un aumento muy considerable de las viviendas a la venta por parte de los gibraltareños. Como consecuencia de ello, el precio medio de las viviendas de segunda mano en la zona ha experimentado una importante disminución. Cabe destacar que, en el referéndum celebrado el 23 de junio de 2016, casi la total mayoría de los ciudadanos de Gibraltar (el 95,1%) votó a favor de quedarse en la Unión Europea.
En cuanto a las consecuencias del Brexit en las inversiones recíprocas entre España y Reino Unido, numerosos analistas prevén una situación incierta, debido a que el potencial económico del Reino Unido a futuro dependerá en gran parte de las negociaciones que se desarrollarán a lo largo de este año para la firma del nuevo tratado comercial del Reino Unido con la UE.
No obstante, el sector inmobiliario en el Reino Unido ha vivido un fuerte rebote desde la victoria de Boris Johnson. Los precios de las viviendas en enero de 2020 han aumentado un 1,9% con respecto a enero de 2019, mientras que, en los próximos cinco años, los precios de las viviendas en zonas de lujo del centro de Londres se espera que aumenten un 20%, y que el precio de los alquileres suba hasta un 10,9%. Aun así, la consultora Ernst & Young recomienda ser cautelosos con cualquier inversión en el sector inmobiliario británico, pues el citado efecto rebote puede tener efectos limitados en el tiempo.
En todo caso, Reino Unido sigue siendo uno de los mercados más grandes de Europa. Un informe de PricewaterhouseCoopers indica que, incluso en el supuesto de que no se llegase a un acuerdo de regulación de las relaciones comerciales bilaterales entre el Reino Unido y la UE, seguirá existiendo mercado para las inversiones, si bien más enfocadas a ofertas puntuales y a oportunidades.
Por último, el Reino Unido ha acordado iniciar conversaciones con Estados Unidos para lograr un acuerdo de libre comercio tras el Brexit. Esto puede conllevar un mayor número de ventajas fiscales entre ambos países y, en consecuencia, un desvío de las inversiones inmobiliarias del Reino Unido hacia los Estados Unidos.
Autores: Ángel Lavín & Paloma Sánchez