Esta medida pretende aumentar la presión al gobierno cubano en el contexto de la crisis venezolana
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Por segunda vez en menos de un año (la primera vez fue con Irán), la política exterior de la Administración Trump pone entre la espada y la pared a empresas europeas con intereses en el exterior. Y en esta ocasión –por medio del levantamiento parcial al Título III de la Helms Burton- consigue hacer saltar banderas rojas de un riesgo que ni siquiera el propio gobierno estadounidense comprende y que no es asegurable por nuestras empresas.
En una rueda de prensa el mismo día del anuncio del levantamiento parcial de la suspensión del Título III de la Helms-Burton, el Departamento de Estado admitió no poder predecir cuántas demandas podían esperar realmente, ni los visos de ejecutar una condena para que entidades públicas cubanas indemnicen a estadounidenses. Desde luego, aunque el levantamiento parcial sólo permite que los estadounidenses con demandas registradas (registered claims) soliciten que las «personas restringidas cubanas» que estén listadas como tales les indemnicen por las expropiaciones que se llevaron a cabo con la revolución cubana.
Lo que a nuestro entender pretende esta medida es aumentar la presión al gobierno cubano en el contexto de la crisis venezolana. A pesar de la afirmación del Departamento de Estado de que la nueva medida no afecta los inversores extranjeros en Cuba y que las preocupaciones expresadas por la UE y Canadá ante un levantamiento de la suspensión están formando “parte de su proceso de toma de decisiones”, este levantamiento parcial de la suspensión podría afectar a nuestras empresas.
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Autores: José María Viñals y Tania Esparza